30.04.20


iR arquitectura y cómo hacer de este arte un saber común



Luciano Intile + Guillermo Mirochnic + Enrico Cavaglià


Hablamos con Luciano Intile, Guillermo Mirochnic y Enrico Cavaglià de iR arquitectura sobre trabajo colectivo, materiales, sustentabilidad, y el rol de esta disciplina en (tantas) problemáticas sociales.

¿Qué tipo de arquitectura hacen? ¿Qué corrientes los influencian?

Nuestro trabajo se inscribe en la contemporaneidad, en una particularmente difusa, heterogénea y errante… No somos ajenos al espíritu de nuestro tiempo y tratamos de asumir los desafíos que eso implica, sobre todo en términos de repensar el alcance social y ambiental de lo que hacemos. Creemos que desde ese lugar usamos lo que podríamos entender como influencias, que son muy variadas y de muy diversas fuentes, no solo arquitectónicas. Solemos citar a Roland Barthes en nuestras conferencias porque nos gusta vernos como “autores muertos” en sus términos, algo así como poros que expresan el espíritu colectivo de su tiempo. Desde esa lente no nos sentimos creadores de nada y nos permitimos usar lo producido por otros como material de trabajo.

¿Qué proyectos de arte y tecnología han exhibido?

El último proyecto explícitamente de arte que presentamos fue en el marco de una muestra colectiva organizada por Martín Huberman en el MAR (Museo de Arte de Mar del Plata). Se llamó Argigram y proponía reflexionar y producir instalaciones que dieran cuenta de diferentes tipologías de ciudades futuras desde una mirada local. Nuestras reflexiones giraron en torno sobre lo que son hoy las ciudades satélite, en particular las de los alrededores de la ciudad de Buenos Aires, es decir grandes barrios cerrados generados por el miedo y la búsqueda de protección y seguridad. Nos imaginamos un futuro sin miedo marcado por el sentido común y el despertar colectivo. Para lo que propusimos una experiencia sensorial inmersiva. Construimos una caja negra, oscura, desprovista de búsquedas estilísticas y acogedora a su interior; en la que, al ingresar y pulsar un botón, se disparaba un audio que invitaba al público a zambullirse en un tránsito meditativo. Experimentar sus miedos, angustias y deseos los disponía a invocar la conceptualización de la ciudad futura de manera colectiva.

Argigram

¿En qué proyectos están trabajando y cómo los afecta la situación actual de COVID-19 y distanciamiento social?

Hace tiempo venimos desarrollando un concepto de comunidad, entendida como un grupo de personas que cohabitan el mismo lugar en la ciudad. Tenemos algunos ejemplos construidos que hoy funcionan de esta forma como el edificio Quintana 4598.

En el último periodo comenzamos a trabajar en un proyecto en el que la comunidad es el centro del pensamiento y la arquitectura es su soporte. Tres parejas adquirieron un lote en Villa Ortuzar, dentro de la Ciudad de Buenos Aires, y nos encargaron el desarrollo de un edificio comunitario para habitar ellos mismos. Luego de varias meses y dinámicas dedicadas a poner en crisis lo privativo y lo público, llegamos al ejercicio que nos permitió fijar los programas requeridos y sus relaciones. Fue un juego al que llamamos Comunopoli.


Comunopoli

El resultado proyectual fue la estratificación en corte de atmósferas habitables. El primer sustrato es un espacio genérico para las agendas comunitarias cotidianas, el segundo condensa dormitorios, baños y guardados de cada vivienda. Sobre ellos los estares, espaciándose para dar lugar a jardines de uso compartido. En la cubierta un parque con piscina, pérgolas, fogón y huerta.

A raíz de esa investigación nos propusimos desarrollar, junto con Bulla (un estudio de paisajismo amigo) y la colectiva feminista Ciudad del Deseo, un modelo que incorpore otras variable para poder insertarlo en el mercado inmobiliario. Buscamos entender estas tipologías como potenciales reguladores de desigualdad social, habitacional, de género y ambientales.

La situación actual, por la incertidumbre de agenda futura, nos dio la posibilidad de profundizar los encuadres teóricos en torno a esto. Afianzando y amplificando algunas potencialidades que ya veíamos, e incorporando nuevas basadas en nuestras experiencias de confinamiento.

Hoy en día se busca ¨incluir el exterior en el interior¨ de las casas, está creciendo el movimiento de ¨tiny homes¨ y la permacultura está siendo revalorada. ¿Qué se propone o cuál es el recorrido de iR arquitectura en estos temas?

La permacultura es parte de un movimiento más amplio que propone al hombre volver a cuestionar su forma de apropiación y uso del planeta tendiendo a aprovecharlo de forma más natural, más espontánea y más eficiente. Nosotros exploramos muchísimos las técnicas y los materiales de construcción natural como el barro, el bambù, la madera, etc. Intentamos utilizarlos e involucrar ese pensamiento en todo lo que hacemos pero sin dejar de lado el concepto de sustentabilidad entendido en la totalidad de su significado. Un proyecto realmente sustentable es un proyecto que pueda ser construido y pueda funcionar con el menor esfuerzo posible en términos económicos o ambientales, creemos en la simplificación de los procesos y en la utilización de los materiales disponibles en el sitio. La base y el punto más importante de un producto sustentable es su diseño, no su materialidad.


Universo Pol - Morro de San Pablo, Brasil.

El fenómeno de las “tiny homes” se está manifestando en varios lados y es asociable al de los “micro ambientes”. Ambos son expresiones de viviendas mínimas en contextos diferentes: la naturaleza y la ciudad. Puede que ambos respondan el alto costo de la construcción. Acceder a la compra de una vivienda es un lujo, sobre todo en países como Argentina.


Cabin Modules - Csóromfölde, Hungría.

Los espacios reducidos son más fáciles de habitar cuando sus límites se diluyen o ablandan. Hoy la tecnología nos dio muchísimos materiales con diferentes características para poder lograrlo, ya no existe la relación binaria transparente/opaco, existen una cantidad infinita de puntos intermedios. Nosotros, probablemente por características personales, tenemos mucha afinidad con la naturaleza y con el exterior. El exterior no es simplemente el contexto en la cual la pieza arquitectónica se inserta, sino es parte misma del proyecto. No tenerlo en cuenta y dejarlo afuera es desperdiciar una oportunidad.


el Camarín - Buenos Aires, Argentina.

Con la situación económica en Argentina, conseguir determinados materiales puede ser complejo. ¿Qué soluciones y estrategias se buscan?

La disponibilidad de materiales en Argentina, aunque no sea ilimitada como en otros países, es bastante amplia, sin embargo escasean los productos más sofisticados o tienen costos muy altos. Por ejemplo carpinterías de altísimas prestaciones y diseño, revestimientos y objetos varios. Nosotros por lo general trabajamos con pocos materiales y los usamos de manera sistemática y modular, normalmente elegimos elementos bastante básicos y de catálogo, de esta manera logramos que la calidad de lo que hacemos no sea tan estrechamente ligada a los materiales que usamos.

Por otro lado hemos hecho un recorrido amplio y muy rico en torno a las técnicas de construcción precolombinas, permitiéndonos reformularlas, incorporando sus cualidades técnicas y su dimensión permacultural. Los procesos artesanales implícitos en estas técnicas generan productos que tal vez no son perfectos pero reivindican a los saberes vernáculos acumulados con el tiempo y en diferentes zonas de las regiones sur y norte americanas.

¿Qué desafíos quedan pendientes para la comunidad de arquitectxs o para el estudio en particular?

En la cuarentena estuvimos desarrollando una forma diferente de contar nuestros proyectos. Pedimos a los habitantes de nuestras obras que realicen videos de su cotidianidad en confinamiento. Resultaron unos cortometrajes muy interesantes y grabados desde una perspectiva bastante poco arquitectónica. Los mismos generaron comentarios inesperados y un entendimiento de los proyectos, sobre todo por parte de los no-arquitectos, muy profundo. Nos dejó muy en claro que la comunicación de la arquitectura tal como se produce hoy es muy poco abarcativa. Arquitectos que cuentan a otros arquitectos productos arquitectónicos. Siguiendo esta línea, sin repensar la forma de comunicar y difundir arquitectura, seguirá siendo un producto de nicho de difícil entendimiento para personas ajenas a la disciplina y consecuentemente difícilmente deseada. Creemos que la arquitectura debería ser accesible y entendible para todos, porque está fuertemente compenetrada en la vida de cada individuo, la comunicación en este caso da cuenta de cómo nos paramos frente al mundo y otras problemáticas.

Mark